En pocos días pueden acabar con todo un árbol |
Los adultos de Aglaope infausta son unas pequeñas mariposas de vistosos colores y aspecto inofensivo. En julio, cuando las temperaturas aumentan, se aparean y las hembras ponen hasta 200 huevos en los huecos de la corteza de los troncos del cerezo, muriendo a los pocos días. Tras la eclosión de los huevos, las larvas hibernarán envueltas en una pequeña maraña de seda hasta la llegada de la primavera.
Cuando los árboles comienzan a brotar saldrán de
sus escondrijos, se dirigirán a la copa de los mismos y devorarán las partes
más tiernas de las ramas.
Tienen una forma muy característica de atacar:
todos los miembros de una misma puesta se dirigen hacia la parte superior (zona apical) de una misma rama. Desde ahí se desplazan hacia la parte de abajo al
mismo tiempo que devoran sus hojas. Cuando llegan a la base de la rama, se cambian a otra rama cercana, trepando todas juntas hacia su parte superior (sin comer). Sólo al llegar a
la zona más tierna (el ápice), comienzan a devorarla, siempre en sentido
descendente. En su desplazamiento dejan un entramado de hilos de seda llenos de
excrementos pegados sobre los tallos ya pelados.
Cuando ya se han alimentado lo suficiente -o
cuando ya no quedan hojas en el árbol-, se envuelven en unos capullos de seda y
caen al suelo, donde se entierran y transforman en crisálidas o pupas. Pasarán a la fase de adultos con el aumento de
las temperaturas estivales, se aparearán y darán comienzo a un nuevo ciclo.
Pueden causar graves daños a los árboles y a las
cosechas, impidiendo la correcta maduración y formación de las cerezas y, por
lo tanto, su calidad.
Lucha y control
Dado que en agricultura ecológica no se pueden
utilizar insecticidas (ten en cuenta que cuando utilizas un insecticida para
acabar con una plaga de insectos perjudiciales, también eliminas los insectos
beneficiosos), deberemos de actuar de manera responsable, evitando perjudicar
al medio ambiente y a sus moradores aliados de los cultivos.
En nuestra plantación utilizamos estos tres
métodos:
- Pintado de los troncos
A finales del verano se pintarán los troncos con
pintura ecológica añadiendo un 25% de un compuesto cúprico. Esta práctica
consigue que las bacterias y hongos que pretenden hibernar entre la corteza
mueran. Si a este compuesto añadimos un 25% de aceite de invierno, aumentaremos
la protección de nuestra plantación.
- Aceite de invierno
Compuesto principalmente por parafinas, actúa
por contacto, asfixiando las larvas e impidiendo la eclosión de los huevos. Se
fumigará todo el árbol, pero sobre todo el tronco y la cruz. Las mejores fechas
para este tratamiento van desde enero a febrero; es decir, en pleno invierno.
No olvidar que, tanto el pintado de troncos como
el tratamiento con aceite de invierno, no se debe realizar en días de lluvia o
nieblas, ya que se perdería su efectividad.
Si a pesar de los tratamientos antes mencionados
-si es que los hicimos-, encontramos algún árbol atacado por una colonia de
oruguetas, lo mejor es hacer uso de las tijeras de podar y suprimir la rama
atacada. Tomamos la rama y la aplastamos o quemamos con larvas incluidas.
Lectura recomendada:
Pintado de los troncos